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Pulitzer vs. Hearst

LA LUCHA DE TITANES 

JOSEPH PULITZER

Joseph Pulitzer nació en Hungría en 1847, cuando tenía 17 años se mudó a los Estados Unidos y en 1883 compró en Nueva York el diario New York World. Pulitzer logró consolidarse como uno de los líderes de la prensa mundial al implementar nuevas técnicas en la difusión periodística. Los diarios que estuvieron bajo su dirección se caracterizaron por dar a conocer historias cotidianas y por ser evidentemente populistas. El World de Pulitzer utilizó el interés humano y social para adquirir fama, fortuna y la reputación de “periódico de la gente”.  Ese populismo, impulsó las ventas del New York World que en cinco años aumentó diez veces su circulación, pasando de 15.000 a 150.000 ejemplares vendidos.

Las ventas y la influencia de Pulitzer causaron que el diario no sólo se dedicara a informar, sino que entrara en las dinámicas difusivas de la época estimulando el crecimiento compulsivo de periódicos y la proliferación de los medios como empresas con fines meramente económicos.

INTRODUCCIÓN

Joseph Pulitzer y William Randolph Hearst se convirtieron en el siglo XIX en los dos principales referentes del periodismo estadounidense. Ambos, comenzaron una nueva tendencia en el mercado americano que se caracterizaba por la conglomeración de los medios de comunicación, la creación de monopolios mediáticos, y la aparición de magnates de la prensa que tenían influencia en distintas esferas sociales como la económica y la política.

Es por su influencia, que Pulitzer es capaz es incursionar en la política como miembro de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos en 1885. La prensa, el dinero y el poder, fueron los motivos de su fama y posterior conflicto con Hearst. “El defensor del hombre común” se convertiría junto con su rival en uno de los nombres más recordados, aún hoy en día, del periodismo (National Geographic, 2015)

WILLIAM RANDOLPH HEARST

William Randolph Hearst nació en Estados Unidos el 29 de abril de 1863. Al provenir de una familia acaudalada, el ingreso a la esfera pública, económica y política del país fue para Hearst una tarea fácil. En 1887 tomó el mando del San Francisco Examiner, un pequeño diario que pertenecía a su padre y que le permitió alimentar su sueño de manejar un medio masivo. En 1895 se adueñó del New York Journal y se convirtió en el rival directo de Pulitzer y el World. Como magnate de la prensa también tuvo influencia en la política y fue representante a la Cámara de su país.

Hearst desarrolló, sin embargo, una práctica diferente a Pulitzer. El sensacionalismo y la exageración fueron las estrategias utilizadas por él en el desarrollo de su estilo personal. Tiempo después y debido al crecimiento exagerado de sus medios y de su propia figura, Hearst logró apoderarse de cerca de 30 diarios y periódicos, esa abundancia de los medios que disponía le convirtieron en el modelo de la posterior prensa amarilla norteamericana y la prensa sensacionalista de todo el mundo. Fue la figura que representó la lucha “sin escrúpulos” por el control del cuarto poder (Bermeosolo, 1962).

Pulitzer vs. Hearst

LA CREACIÓN DEL AMARILLISMO

Tanto Pulitzer como Hearst protagonizaron una rivalidad incesante por la confiabilidad de las audiencias. Ambos, ya consolidados como líderes mediáticos, comenzaron una nueva práctica denominada “prensa amarilla”. Este tipo de periodismo popular se caracterizaba por ser agresivo, sensacionalista, gráfico y escandaloso. Los titulares y noticias que se consideraban amarillistas estaban dirigidos a audiencias populares, pero, usaban la exageración y recursos poco ortodoxos para aumentar sus ventas, como titulares catastróficos y exclusivas desmedidas.

La batalla periodística entre Pulitzer y Hearst comenzó por la ambición de un joven Hearst por igualar el alcance Pulitzer que una vez había sido su periodista modelo. Gracias a una inmensa cantidad de recursos e influencias, Hearst logró comprar poco a poco a los periodistas y editores del World que ya contaba con gran cantidad de lectores. Después llegó la estrategia de igualar los periódicos en páginas, secciones e historias, pero buscando siempre una

exclusiva con titulares sensacionalistas y de escándalos. Tales estrategias provocaron reacciones por parte de Pulitzer, que, acostumbrado a las grandes ventas, debió buscar medidas que lo mantuvieran en la cima del periodismo, una de ellas la reducción de precios.

El entorno competitivo en que creció el periodismo estadounidense se alojó en la figura del Yellow Kid, un personaje de tira cómica creado por el dibujante Richard F. Outcault. El World de Pulitzer fue el primero en disfrutar del éxito del personaje, que era un travieso y desdentado niño cuyo vestido amarillo llevaba inscripciones. Ese éxito provocó que el Journal lo quisiera en sus páginas y lo obtuvo. Los dos diarios difundieron entonces la misma caricatura, que se convirtió en símbolo del periodismo sensacionalista de Pulitzer y Hearst nombrado “amarillista” por el color de su vestido (Berti, 2010).

Pulitzer vs. Hearst

LA GUERRA HISPANO-ESTADOUNIDENSE

La lucha mediática, sin embargo, construyó su más alta cúspide en circulación durante la guerra de los Estados Unidos contra España. Los lectores empezaron a ser sensibilizados por la prensa acerca de las historias de guerra y de las causas de los rebeldes estadounidenses contra las colonias españolas. El conflicto que tuvo lugar en 1898, fue contado por los medios como un dramatismo tan llamativo que las personas esperaban capítulos nuevos a diario. Se involucraron tanto a las personas en el conflicto que las historias de guerra, especialmente difundidas por Hearst, provocaron un más efusivo apoyo de los Estados Unidos a Cuba en su lucha contra España.

La creación de una guerra sería la culminación de una exitosa campaña sensacionalista de Hearst que falto de objetividad y veracidad,

logró cautivar el lado más sensible de los americanos. La proliferación e intensificación de la guerra fue el resultado de una alborotada prensa estadounidense que buscaba el mayor beneficio económico posible.

Las respuestas de cada uno de

los periódicos y su constante lucha de circulación avivan en Estados Unidos el deseo de guerra que termina cumpliéndose. La competencia costaba, sin embargo, cantidades enormes de dinero y ninguno de los dos magnates podía escatimar en dinero.

Terminada la guerra hispano-estadounidense la circulación disminuye y los gastos deben reducirse. Pulitzer, a diferencia de Hearst, sabía que no podía recortar los salarios de su personal porque se cambiarían de medio, y tampoco podía elevar los precios porque la circulación disminuiría aún más, y él no contaba con los mismos recursos que Hearst heredó de su padre.

Pulitzer vs. Hearst

LA HUELGA DE LOS REPARTIDORES DE PERIÓDICO

La reducción de dinero era necesaria y tanto Pulitzer como Hearst decidieron aprovecharse de la población que creían tenían menos posibilidades de defenderse: los repartidores de periódicos que eran niños empobrecidos que pagaban por cierta cantidad de periódicos para repartirlos. Dado los inmensos gastos de la cobertura de la guerra los magnates decidieron cobrar 10 centavos extra por cada paquete de 100 periódicos que compraran los niños para vender, haciéndolos pagar no 50 centavos por todas las copias, sino 60 centavos, y obligándolos a agotar todas sus copias para obtener reembolso.

Luego de la guerra, los precios de los periódicos de Pulitzer y Hearst no bajan, y los niños repartidores protestan en contra de los empresarios creando una huelga. Para ellos, unos centavos de más no harían la diferencia en los salarios de los dos multimillonarios que llenos de codicia dependían de su trabajo y su única salida sería escuchar sus demandas.

Los vendedores redujeron casi todas las ventas de los medios de los dos líderes que terminaron perdiendo más de la mitad en circulación y cuestionando la continuidad de sus carreras. Al final, deben dejar de lado la competencia despiadada que llevaban para sobrevivir y hacer un pacto con los repartidores (Hicks, 2010)

Pulitzer vs. Hearst

LA BATALLA POR LA CIRCULACIÓN QUE TRANSFORMÓ EL PERIODISMO

Hearst y Pulitzer pasaron de ser la voz del pueblo a formar un imperio y sector económico altamente desarrollado e industrial. La feroz competencia entre ambos medios provocó que los magnates pasaran de ser periodistas dedicados a jefes de industrias y empresarios. Su legado en el periodismo se basó en la comprensión del “cuarto poder” y su influencia en la esfera social. Cada uno de los dos hombres del periodismo impulsó el actual alcance del periodismo y sus matices. El sensacionalismo, el populismo, las historias dramáticas, y demás recursos utilizados en esta batalla mediática permanecen aún como las principales características de los medios masivos.

Las agencias de noticias y la industrialización del oficio son las principales consecuencias del “Pulitzer vs. Hearst”, que los posicionó como figuras dominantes del periodismo moderno, que aprovecharon para bien su influencia en la política y la economía para redefinir el periodismo como se le conoce y posicionarlo como una de las prácticas más poderosas del mundo (National Geographic, 2015).

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