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La metamorfosis de los trazos a través del siglo XX.   

"Las únicas armas [del caricaturista son] el papel y la tinta china". - Juan Gabriel Vásquez

¡INTRODUCCIÓN!

 

Desde Rendón hasta Matador, la historia de la caricatura en Colombia es variable porque las técnicas en que se expresa nunca serán las mismas. Sin embargo, incluso actualmente el legado de Rendón sigue vivo cada vez que caricaturistas como Vladdo o Matador hacen uso exclusivo del papel y lápiz. Así, aunque la técnica evolucione, la esencia del arte es la misma.

¿QUÉ ES CREAR CARICATURA?

La ilustración de la caricatura es una práctica creciente que desde comienzos del siglo XVII intenta retratar la naturaleza y deformarla. Fue en Bolonia, Italia, donde Annibale Carracci inventó la palabra “caricatura” en búsqueda del placer. Con ese fin, describió tres instancias: la naturaleza, su copia real, y la alteración de su forma al acumular sus defectos. Desde Carracci, la caricatura se ilustraba a forma de retrato burlesco en un espacio reducido. Esa técnica puede rastrearse, incluso, a las artes egipcias y a las representaciones pompeyanas.

¿CÓMO LLEGÓ A COLOMBIA?

En Colombia, fue José María Espinosa el encargado de adoptar la caricatura en el contexto local. Espinosa era un pintor hijo de criollos, quien en medio de la lucha independentista adquirió herramientas que le permitieron desarrollar un trabajo burlesco de carácter político y revolucionario. El objetivo expreso de sus ilustraciones era la diversión y por eso adoptó la burla como forma de entretenimiento capaz de distorsionar la realidad pero mantener su esencia.

EL FENÓMENO DE RICARDO RENDÓN

Pasaron años colmados de auge de revistas de humor y caricaturistas aficionados, para que a principios del siglo XX llegara a Colombia el fenómeno de Ricardo Rendón. Rendón haría historia en la gráfica crítica al plasmar la situación del país desde el liberalismo contra el conservatismo. Su técnica y estilo fueron influenciados por el caricaturista y dibujante Pepe Mexía, de quien tomó para sus caricaturas los trazos limpios y delgados en lápiz: “Un rasgo (de la estética de Rendón) que sintetiza un estado del alma, un momento sicológico encarnado en un capricho del lápiz, un esfuerzo cerebral, la ligereza de la mano unida al trabajo perspicaz y profundo de los ojos [...]” (Biblioteca Luis Ángel Arango & Casa Republicana, 2010).

 

Rendón se dedicó a la caricatura política en la que utilizó sus dotes de retratista. Sus retratos crearon imágenes tan vívidas de sus víctimas, que reemplazaron a las originales y a las creadas por ilustradores y pintores. Fue gracias a él que a comienzos del siglo XX en Colombia la caricatura adquirió un estatus que la legitimó dentro de los medios de comunicación y que permitió que los colombianos la disfrutaran y la aceptaran.

LOS

QUE

LLEGARON DESPUÉS

El legado de Rendón revolucionó la caricatura en Colombia. Muchos fueron los artistas aficionados que intentaban imitar su estilo para consagrarse como sus sucesores. Desde entonces, la caricatura en los medios escritos colombianos de inicios y mediados del siglo XX adquirió un estilo y técnica delimitados que evidenciaban las influencias de los retratos de Rendón. La línea, el tratamiento del espacio, las deformaciones de las figuras, las síntesis y su aproximación a los editoriales de Rendón fueron características esenciales en las caricaturas de la época.

 

Horacio Longas (1898-1981), proclamado como el “gran sucesor de Rendón”, fue uno de los muchos artistas que en 1930 se desempeñaba como acuarelista, pintor al fresco, ilustrador y retratista. Las habilidades de los caricaturistas en el siglo XX eran adquiridas en academias, por eso, terminaban emprendiendo una búsqueda para desempeñarse en un arte más académico, y a causa del mal pago por las caricaturas, muchos “sucesores de Rendón” no lograron mantenerse en los medios críticos como lo hizo Rendón.

 

Más adelante con el desarrollo y la difusión de la caricatura en Antioquia, varios artistas influenciados por Rendón incorporaron estilos propios a este tipo de arte. Por ejemplo, Luis Eduardo Vieco Ortiz (1882-1955) quien tenía una capacidad artística variada y un talento incuestionable, implementó en sus retratos detalles exagerados en plumilla que resaltaran las características psicológicas de los personajes. Fue Alberto Arango (1887-1941), sin embargo, quien se consagró como el verdadero sucesor de Rendón a pesar de querer ser pintor toda su vida. Arango fue académico y sufrió una muerte trágica como su maestro, pero, al igual que él, dejó que sus estudios en arte se incorporaran a las críticas de la sociedad retratadas en el periódico.

CARICATURA, MODA Y FRENTE NACIONAL

LA MÁQUINA DE ESCRIBIR

Para los años 30, se incorporaron nuevas técnicas y herramientas; no sólo se hacía uso de tinta o acuarelas sobre papel sino también de la máquina de escribir. Esta última fue especialmente ejecutada por Cayo (Cayetano Medina), quien después de un viaje a Nueva York aprendió a caricaturizar en máquina. Otra de las figuras influyentes en la innovación de la crítica gráfica del país fue Jorge Franklin, cuya experiencia profesional en España y las secuelas de la enfermedad de parálisis facial que lo aquejó durante su infancia, impuso un diseño particular al rostro de quienes caricaturizaba,  por medio de paralelepípedos que le daban mayor carácter.

Durante el Frente Nacional (1958-1974) se restableció el derecho a la libertad de prensa, y con ella, después de casi ocho años de censura a los medios colombianos, la caricatura social se incorporó completamente a los medios colombianos. Fue así que en la década de los 60, la moda, el arte y la música se convirtieron en protagonistas de las caricaturas, por ejemplo, Merino hizo en 1967 una caricatura de Gabriel García Márquez cuando se publicó Cien años de soledad.

 

La evolución de la técnica también tiene que ver con el cambio en el contenido y la estructura que le dan los dibujantes a las caricaturas políticas, pues estas fueron en la década de los 60 aligeradas con la implementación de ciertas modalidades de la caricatura social. En esa década, se exigía hacer más artísticas las caricaturas y más llamativas. Se destacaron dibujantes como Peter Aldor, Merino, Pepón, Juan Cárdenas, Antonio Caballero  y Héctor Osuna.

LA GRAN PRENSA

“La gran prensa”: así se denominó en este periodo de la historia colombiana a los medios de comunicación que defendían la coalición política, para los cuales trabajaban caricaturistas que muchas veces tuvieron la tenacidad de hacer crítica al Frente cuando lo creyeron conveniente. Este suceso histórico generó bastante material de burla y crítica para los artistas, que no recibían todo el tiempo respuestas de apoyo y aceptación sino cartas de censura y amenaza.

 

A mitad de siglo el caricaturista Hernán Merlino impuso una separación técnica entre la caricatura tradicional y la caricatura moderna a través de las plantillas de trama (craftint) y el dibujo moderno de volumen, que involucraba  el sistema de sombreados, con el uso de  tinta china, lápiz, témperas y acuarelas al mismo tiempo sobre la cartulina. Además, la caricatura, considerada como la unión entre arte y periodismo, se dividió en dos etapas.

 

Entre 1965 y 1973 la caricatura pasó por una etapa existencialista que expresaba las críticas a la sociedad en tiras cómicas y en caricaturas tradicionales, Antonio Caballero fue el principal representante existencialista. Una segunda etapa se caracterizó por el desarrollo de la gráfica tradicional. Las técnicas en ambas etapas eran bien delimitadas con líneas finas y desflecadas pero también con líneas gruesas y sintéticas. Ese método permitía que las caricaturas capturaran las actitudes de los políticos perfectamente y que se dejaran de retratar figuras abstractas, sino figuras siempre reconocibles.

“El dibujo de humor es un juego libre, despreocupado de la realidad. [...] A veces el caricaturista encuentra su expresión -o su refugio- en el juego de las líneas y en la pura búsqueda gráfica [...] un lenguaje de signos -que hace las palabras perfectamente superfluas-, que se funda sobre el principio de acuerdos ópticos, de dobles sentidos, de analogías y de metamorfosis formales [...] El dibujo de humor sirve para aprender a pensar a partir de imágenes, para enriquecer la percepción visual” (Biblioteca Luis Ángel Arango & Casa Republicana, 2010).

LOS SETENTA Y EL DIBUJO DE HUMOR

A mediados de la década de 1970, empezaron a difundirse ataques contra la caricatura y los artistas. Se aseguraba que a los caricaturistas les faltaba el “don de la sátira” y por eso los nuevos dibujantes que intentaban incursionar en ese mundo se dedicaron a renovar su modalidad con el “dibujo de humor”.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Gracias a la novedad de cuestionar la caricatura tradicional, se enriquecieron las sensibilidades del dibujante y del observador implantando el “dibujo de humor”. En esta modalidad que no se tienen las mínimas intenciones de ocuparse la política convencional, pero que se hace por motivos  periodísticos. Su principal contribuidor en Colombia fue Naide (Jairo Barragar) y desde extranjero llegaron al país fuertes influencias de Quino en Argentina.

 

El punto más álgido de la caricatura que mezclaba humor y política se produjo entre 1984-1994 en un contexto donde la caricatura no quería permitir que muriera la sátira en un país sacudido por la violencia. Enrique Santos afirmó que “en medio de esa violencia- a la que a veces se suma la Naturaleza, como lo hizo en Armero con sus 25.000 víctimas- hay un país que trabaja y produce: que también sabe reír y gozar y se resiste a ser avasallado por la adversidad” (Biblioteca Luis Ángel Arango & Casa Republicana, 2010).

 

Esa propagación del dibujo del humor en Colombia también produjo cambios en la aplicación de las técnicas. En los setentas se creó una integración de la mujer a labor de los caricaturistas. Con ella, se evidenció el uso de otros formatos como por ejemplo el collage de Ceci (Cecilia Cáceres Amaya) o las plantillas de Elena (Elena María Ospina Mejía). Además, a sus temas se adicionaron otra clase de preocupaciones como el medio ambiente y la salud pública.

¿CRISIS DE LA CARICATURA?:

EL FOTOMONTAJE

La evolución técnica de la caricatura implica la creación y desarrollo de nuevos métodos para retratar la realidad. En la década de los 90 apareció el fotomontaje como recurso periodístico legítimo, que se centró en general en temas políticos. Para el fotomontaje se utilizaba publicidad pre-existente y se transformaba colocando en ella personajes de la vida política ridiculizándolos con la situación y el aspecto que se les daba.

Ya en la última década del siglo XX la caricatura política era más importante que la social, y los problemas del país como la guerrilla, el narcotráfico y el paramilitarismo eran los objetivos de los caricaturistas que, empezaban a paso lento a digitalizarse. La variación en las técnicas ha provocado que en el presente se dude del poder de la caricatura como medio para hacer historia ya que este tipo de arte se dedica a cuestionar la realidad más no a explicarla.

 

Desde Rendón hasta Matador, la historia de la caricatura en Colombia es variable porque las técnicas en que se expresa nunca serán las mismas. Sin embargo, incluso actualmente el legado de Rendón sigue vivo cada vez que caricaturistas como Vladdo o Matador hacen uso exclusivo del papel y lápiz. Así, aunque la técnica evolucione, la esencia del arte es la misma. Daniel Samper Pizano afirmó que así como sucedía con Rendón y Osuna:

 

 

EL

CAMINO

A LA

MODERNIDAD

“Uno puede acusar a un caricaturista de muchas cosas -de soso, de desactualizado, de intrascendente- pero no de irreverente; porque justamente la irreverencia y el irrespeto son las armas del caricaturista político [...] Todos sabemos cuán indispensables sin los caricaturistas políticos en las sociedades herméticas, en las sociedades tolerantes, en las sociedades adormecidas, Ellos constituyen una cachetada permanente que despierta y activa. Para despertarla necesitan un fuero de irrespeto y de mofa.”  (Biblioteca Luis Ángel Arango & Casa Republicana, 2010).

LA CARICATURA SIN PAPEL NI LÁPIZ

El cambio de los dibujos en lápiz y papel a la digitalización de los trazos a computador hace parte de la evolución técnica del oficio que tuvo su auge y fundamento en el siglo XX. Rendón abrió el camino a nuevas formas de crítica política y social en el periodismo. La influencia de la caricatura de inicios del siglo pasado se puede rastrear a nuevas formas de caricatura: a la caricatura sin pluma ni papel. Desde el comienzo de programas radiales políticos en mil novecientos, hasta la creación de caricatura en televisión con Zoociedad en el 90 por Jaime Garzón; el humor critico en Colombia se adaptó a técnicas flexibles que buscaban que el país soportara sátiras y burlas que distorsionaban su realidad.

DE RENDÓN A LA ACTUALIDAD

Las técnicas modernas de los caricaturistas que empezaron con Rendón, y que fueron apropiadas a mediados del siglo XX, sirven para relatar la historia de cómo los medios de comunicación, además de informar, se dedicaron a criticar la información. Fue por intercesión de los caricaturistas que lo desfigurado de la vida en el país fue acercado a todos los lectores por intermedio de la burla y la sátira: elementos esenciales en la vida, que es el mejor caricaturista.

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