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"(...) Y pensaba en los hombres y mujeres que en este momento ocupaban esos espacios iluminados y trataban, como él, de recordar, recordar algo importante, recordar algo banal, pero recordar siempre, pues a eso nos dedicamos todo el tiempo, en eso se nos van las exiguas energías." - Juan Gabriel Vásquez. 

Café El Automático

Café El Automático

En este emblemático lugar Rendón se codeaba con los otros grandes de su momento, como lo era León de Greiff.

Edificio Sotomayor

Edificio Sotomayor

Aquí se encontraba el café El Automático. Los transeúntes pasan sin reparar en que donde pisan sus pies, también pisaron varios de los más grandes personajes de la historia del arte en el país.

Avenida Jiménez

Avenida Jiménez

Así lucía la Avenida Jiménez en época de Rendón.

Biblioteca nacional de Rendón

Biblioteca nacional de Rendón

Aunque la palabra impresa tenga un poder incalculable, y en este lugar se atesoren desde tiempos de Rendón grandes obras que marcaron la historia, no se comparan al poder de una caricatura.

Biblioteca Nacional.

Biblioteca Nacional.

Por la Biblioteca Nacional camina Javier Mallarino todos los martes en su camino al edificio de Avianca.

Café Pasaje

Café Pasaje

La Plazoleta del Alma Mater de Juan Gabriel Vásquez está enmarcada por los cafés que el mismísimo Rendón debió ver nacer

Edificio Avianca.

Edificio Avianca.

Mallarino habría de recordar el día que, entre las revistas a las que estaba suscrito, encontró la primera amenaza.

Edificio Avianca (Época de Rendón)

Edificio Avianca (Época de Rendón)

Cuando el puño de Rendón viajaba por el papel, y sus nudillos se manchaban de tinta, el edificio Avianca fue edificado.

Iglesia San Francisco-Paola

Iglesia San Francisco-Paola

La Iglesia de San Francisco, frente al Parque Santander, recuerda a Mallarino los pasos de su ídolo.

Carrera Séptima

Carrera Séptima

La séptima, ahora peatonal, trae a la memoria de Mallarino la época en la que un sombrero negro de ala ancha destacaba entre la multitud, sobre la cabeza que concebía las imágenes que habrían de inspirarlo a convertirse en caricaturista: la cabeza de Ricardo Rendón.

El Santander de Rendón

El Santander de Rendón

El parque que ya no recuerda su nombre, fue testigo de sus paseos melancólicos al caer la noche, cuando regresaba a casa tambaleándose por los efectos del alcohol.

El Santander de Mallarino

El Santander de Mallarino

Parte de la rutina de Mallarino es embolarse los zapatos en el Parque Santander. Pregunta a los emboladores si saben quién es Ricardo Rendón. Le dicen que no. Pero su nombre, con el que firma las caricaturas con las que todos los días se deleitan los ciudadanos, ese sí es un nombre conocido, el nombre "del que hace los monitos".

Carrera Séptima - Tito J. Celis 1953

Carrera Séptima - Tito J. Celis 1953

Las mismas calles que Rendón inmortalizó con sus pinceladas a fuerza de críticas son las que setenta años más tarde Mallarino habría de recorrer.

El Tiempo

El Tiempo

Ricardo Rendón se afilió al periódico el Tiempo en 1889.

LA BOGOTÁ DE RENDÓN

LA BOGOTÁ DE MALLARINO

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